
Rocío Márquez
Rocío Márquez (Huelva, 37 años) es una de las cantaoras más cultas de su generación. Empezó a cantar siendo niña, conoce el repertorio clásico al dedillo y es doctora cum laude con una tesis sobre técnica vocal. Sin embargo, asegura que todo ese conocimiento sería estéril sin una peculiaridad fisiológica. "Somatizo muy rápido, para bien y para mal”, explica. "Cuando empiezo a ponerle vallas al campo, cuando uso el conocimiento para ponerme losas encima, lo noto porque de repente hago actuaciones de mierda, salgo del escenario y me digo: ‘Por aquí, no”.
Asegura que empezó a fiarse de su intuición a raíz de su primera crisis creativa, tras ganar, a los 23 años, la Lámpara Minera del Festival de Cante de Las Minas, el templo del flamenco ortodoxo. "La Lámpara me abrió muchas puertas y estoy muy agradecida, pero me pasé un año entero repitiendo los mismos cantes. ¡Respiraba en los mismos puntos! Tenía la sensación de que me daba al play, y es algo que no le deseo a nadie. Con el tiempo, me he dado cuenta de que nadie me dijo que tuviera que hacerlo así, la responsabilidad fue solo mía, pero llegó un momento en que no podía ni respirar. Y decidí que así, no”.